jueves, 27 de marzo de 2008

CALLE PLACENTINES


CALLE PLACENTINES

La calle Placentines es conocida por todos. En pleno centro, cerca de la Catedral, importante en Semana Santa etc, etc. Aunque es una calle bastante corta tiene tres tramos completamente diferentes y los tres tienen algún problema importante. El primer tramo, desde Francos a Argote de Molina es un basurero perpetuo. Todas las noches (a partir de las nueve) la famosa esquina del “Bacalao” se convierte en contenedor de basuras de los de antes, es decir, bolsas en el suelo, a veces rotas, con un riachuelo de agua grasienta corriendo. Y no sé por qué, ese tramo no se baldea. Lipasam lo hace en toda Francos y en el resto de Placentines, pero en ese tramo no. El suelo acumula roña de meses. La razón, la ignoro.
Segundo tramo: el que va de Argote de Molina a la conjunción con Alemanes. Obras perpetuas. Desde hace tres años hay allí andamios, contenedores de escombros, montones de arena, furgonetas de Empresas de la construcción etc. etc. Y, para facilitar el tránsito, varias tiendas de souvenir sacan fuera sus postaleros, estrechando aún más el paso.
Tercer tramo: parte ancha de Placentines, entre el Patio de los Naranjos y el Palacio Arzobispal. No se hagan ilusiones, aquí los dueños y señores son los cocheros de caballos. Hay una zona destinada a ellos donde caben cuatro o cinco. Normalmente hay entre quince y veinte. Ya se pueden imaginar que ocupan todas las aceras y los peatones tienen que caminar por la calzada donde circulan vehículos. Siempre es más seguro porque éstos suelen ir despacito mientras que si te metes por la acera, un caballo con necesidades urgentes te puede salpicar y poner los pantalones hechos una pena.
No exagero nada, lo pueden comprobar Udes. cualquier dia dándose un paseito por ella.

SOBRE TOLDOS. Carta al Periódico Diario de Sevilla

Según su periódico (diario de S. 30-3-07), el concejal de Presidencia ha encargado a un gabinete técnico el estudio de “algún elemento” que aporte sombra a la Avenida ya que los naranjos plantados no la garantizan. Aunque la solución lógica para dicho lugar sería la plantación de grandes árboles de sombra, sería bueno que éste gabinete estudiase bien las tradicionales velas que cubrían nuestras calles (algunas persisten) y el porqué de su éxito. Estas velas, que cubren la calle en toda su anchura y en la parte más alta de los edificios, funcionan bien porque, no sólo impiden que el sol llegue a los viandantes, sino (y esto es lo más importante) impide que se calienten los muros de las casas por lo que éstos no acumularán calor y no lo cederán luego. Es por ello que las calles correctamente entoldadas no sólo son más frescas de día, sino también por las noches. Ya que le concejal ha instado a dicho gabinete a “pensar y diseñar”, ¡que piensen, por favor, que piensen!
No vayan a caer en el error del horroroso “túnel de lavado” instalado el verano pasado en la calle Tetuán. Sólo servía para que más de uno se destrozara la espinilla con el filo de los macetones de soporte.